Soliloquio o Soliloca

Soliloquio o Soliloca 


¡Ay, control remoto que me hiciste mal y sin embargo te quiero! Entre mis manos acurrucado, con miedo a mi eterna torpeza que puede dejarte caer de una forma tan tonta como inocente, a vos, hoy te cuento mi pena. Te cuento lo que no ha dejado de suceder en este nuevo día que ya se tiñe de azul marino mezclado con las interminables nubes rosas que anuncian un futuro peinado a fuerza de crema para el pelo y estiramiento con los dedos que luchan contra la ley natural de rulos y frizados sin sentido.
Y digo:
* ¡Pucha che! Otra vez me tocó la pata de la mesa. Soy víctima de una maldición que se comprueba cada viernes. ¡Será de Dios! No importa lo que haga, como camine, el lugar en que me siente... siempre me toca la pata de la mesa. Maldita causalidad de feng shuis y mandalas caseros, nada quiere ser cómplice del encuentro con mi alegría.
Frente a la tele 14 pulgadas comprada en cuotas interminables en aquella década que ya dejó pasar dos más y con Dios como mi testigo, juro que trato, de hecho, hasta compré ese rollo de cocina que explica con dibujos y palabras que terminan enchastradas en la mesada, lo que es el feng shui culinario y los colores que podrían traerme mejores nuevas en esta vieja vida.
Busco incansablemente en los espacios de mi consciencia la forma de volverme ese ser positivo que se esfuerza en crear un futuro ideal, pero mi presente es tan potente, tan imperativo que no me deja pensar lo que puede ser de otra forma, de una de esas formas dulces, coloridas y con alas que no dejen de volar hasta cielos inalcanzables.
En mi experimento por ser algo mejor, hasta vi “El Secreto”, busco libros simpáticos con títulos como “Su vida está llena de milagros” pero, en mi mente surgen tantas preguntas… y es así que, por mi bienestar, debo abandonarlos y retomarlos y abandonarlos para retomarlos después y así este presente se ha vuelto un infalible cálculo matemático.
Dicen que el tres es un número importante, pues tres es la posición de mis últimos esfuerzos democráticos… siempre voto al que sale tercero… El tres debe tener algún símbolo que no pude descubrir, un significado en mi vida. Pensaré en el tres pues… y diré: Cuando descubra el oculto mensaje en el número tres, encontraré la llave de mi destino y seré una experta en elementos esotéricos o de la nueva era, tal vez, la ley de la atracción llame a mi puerta y todo se solucione de forma mágica, milagrosa o causal. Sonrío esperanzada, es un instante mágico pero solo dura unos breves segundos pero. ¡Qué segundos gloriosos!
Existe una causa y un efecto, pero hasta ahora conozco solamente los efectos del alcohol, las frituras, los chocolates, alguna que otra pena de amor y han sido todos funestos. Pero al menos los conozco, algo es algo.
Son las veinte en punto y ya el programa que resume el día en la vida de los otros está por empezar. Vamos amigo control remoto que tu trabajo vuelve a comenzar entre mis manos.

0 Response to "Soliloquio o Soliloca"

Seguidores