La Imagen – El debate no televisado


Sobrados ejemplos existen acerca de la importancia de la imagen… pero esta imagen es concreta, abstracta. Es la imagen una metáfora? Un deseo? Una intención?
Me inclinaría por no creer en la misma como algo verdadero, algo fáctico o comprobable científicamente, de hecho, pongo en tela de juicio a la IMAGEN como, en tiempos lejanos, muchos cuestionaban la existencia de Dios - El pobre ya pasó a un segundo plano y sólo, sale a relucir cuando debemos acelerar algún mercado estancado-.
La fe en la imagen: qué es Fe… qué es Imagen… qué queremos decir con la fe en la imagen… Qué imaginan lo que imaginan y que feito es no saber en qué fehacientemente enfocar la fe.
Juro por la Imagen, que no quería dar tanta vuelta y que tan sólo me preguntaba por qué la Imagen es tan importante y por qué, todos partimos desde una imagen para escribir, describir y recordar… A ver… desde ya, anticipo a los seres de, dudosa buena voluntad, que cuestionan a los que hablamos de la imagen, que no hablamos de ser lindos… hablamos de algo tan profundo, que ustedes por volver frívolo el discurso de la estética al cuestionarlo sin contenido, nos han obligado a aclarar, todo el tiempo por qué amamos a la imagen…
Hago un breve intervalo y me pregunto:
-No cansan los que cuestionan todo porque, en realidad, quisieran ser como aquellos a quienes critican. Por favor! Atacan a lo agradable visualmente, como si fuera el enemigo y te dan latigazos crueles cuando intentás verte bien y mostrar a todos cuál es el mensaje que deseas dar…
Perdón, retomo
¿Dónde quedé? Un segundo, gracias…
No me considero una persona de Fe… pero no se qué es la fe y si empiezo a cuestionar algo que no se qué es… voy perdiendo este debate. Pero de la Imagen, Sí estoy totalmente segura, de su reinado. No es dulce pero tampoco es malvada… No es una reina que llore día y noche por su gente pero, tampoco se regodea al ver sus lágrimas. Tan solo está ahí, y:
-Tómame o déjame – nos dice burlonamente desde su trono.
Y nosotros la tomamos y la reinventamos tantas veces como sea necesario y, de una sola imagen, nacen  millones y hasta casi infinitas interpretaciones y los seres, enarbolando pancartas, discuten acaloradamente sobre la misma, mismita, mismísima imagen creyendo que la suya se ve mejor y… perdón, no quisiera interrumpir sus gritos ni bombos pero, estamos hablando de la misma imagen.
-La mía es más linda
-La tuya es mala
-La de ustedes es más de lo mismo
-La de ellos está en blanco y negro
Y así seguiríamos en un sinfín de explicaciones sobre la imagen que cada uno cree estar analizando.
Lo que a mí me gusta de la imagen, es que podés tomarla, pero nunca será tuya. Ella ya estaba antes y estará después y sólo nos deja juguetear con ella durante un tiempo. Puede cambiar su color y su consistencia, pero siempre será la misma y nosotros, pelearemos por saber de qué estamos hablando.
-Imagen, vieja y peluda – gritaba un partidario de la imagen sin dejar de aplaudir y lagrimear emocionado por la imposición de la imagen de lo que él consideraba positivo
-La imagen no es nada- sermoneaba una señora que no soportó que alguien le dijera que no se había vestido para la ocasión
-Imagen no! Es Imashin… -gritó un hippie que nunca había querido estudiar inglés y trataba de interpretar a John Lennon
Y, en medio de tanto alboroto la imagen trata de explicar que tan solo es una y que no tiene nada que ver con la imaginación:
-          Esa es una prima lejana que ha cautivado a muchos de ustedes a base de mentiras y dádivas ficticias y les hizo creer que era quien manejaba el mundo, cuando la verdad, está en mi. Sin imagen… no habría imaginación

Trato de abstenerme de este debate imagen-imaginación, porque no quisiera faltar a la verdad, ni decir algo que pueda caer mal a los presentes.
Se que no dije nada, o que intenté expresar algo que era inexpresable pero la imagen es así, desde su pedestal trató de enviarme una cantidad enorme de información que no logré procesar de forma exitosa. Pero no desisto, juro dedicarle algunos minutos por día, durante el viaje en colectivo y arremeter orgullosa con una conclusión coherente para todos ustedes.
Las cartas ya han sido mostradas, mis queridos amigos, en ustedes está pensar lo que deseen.

Atentamente,
Alguien

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